El bullying o acoso escolar es la situación de maltrato que puede sufrir los niños en el ámbito escolar. Éste puede ser tanto físico (empujones, palizas) como verbal (insultos, bromas) y psicológico (rechazo, amenazas, manipulación). Es posible que esta situación sea ocasional, pero también puede que estos acosos se vuelvan frecuentes. Entre las consecuencias psicológicas más comunes están la depresión, los episodios de ansiedad, la baja autoestima o el aislamiento social.
En casa podemos ver diferentes señales que indiquen que nuestro hijo está sufriendo algún tipo de acoso, por ejemplo: no quiere ir a la escuela, muestra constantes cambios de humor, está más irritable e inseguro, esconde partes de su cuerpo o materiales que han sido rotos, tiene problemas para dormir, etc. En estos casos debemos contactar con el centro escolar para que se tomen medidas y valorar si será necesario consultar con un psicólogo clínico infantil.
Lo más importante es garantizar la seguridad del niño que está sufriendo acoso y aportarle toda la ayuda necesaria para superar la situación.