Quizá tu hija tenga dificultades para mantener un buen nivel atencional o para controlar impulsos. En cualquier caso, resulta fundamental establecer un horario y una rutina, tanto de trabajo como de ocio con nuestros hijos. A lo largo de la tarde, lo primero que deben hacer los niños son sus tareas escolares y, una vez finalizadas éstas, deben realizar aquellas actividades de carácter más lúdico o de ocio.
Es preciso asignar un tiempo concreto para la realización de todas las actividades y tareas, siempre respetando las características personales del niño y el tiempo adecuado para la realización de las mismas. Asimismo, suele ser recomendable realizar un listado con las tareas pendientes de la tarde, dividir las tareas en partes más pequeñas para evitar la fatiga y establecer pequeñas pausas y descansos entre las diferentes partes en las que hemos divido éstas. No olvidemos que siempre hay que recompensar la consecución exitosa. Esto es, si tu hija inicia y finaliza una tarea es preciso proporcionarle algún tipo de refuerzo (gesto de cariño, una chuche, palabra de alabanza, etc.).
Si aún con estas recomendaciones, tu hija continúa mostrando dificultades para finalizar las actividades o mantener su atención, es recomendable que se realice una exhaustiva evaluación neuropsicológica.