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Mi hijo camina de puntillas, ¿debo preocuparme?

 

El caso va a depender de la edad del niño, de cuánto tiempo lleve caminando de ese modo y si lo ha hecho siempre o no. Lo más habitual suele ser niños que andan sobre las puntas de los pies sin causa o patología conocida, a veces comienzan caminando de puntillas y luego lo dejan de hacer de forma espontánea. El problema es cuando andar de puntillas se convierte en la forma de desplazamiento cotidiana.

Se recomienda la identificación y el tratamiento tempranos. La forma de tratar va a depender de que si el niño tiene diagnosticada una patología bien establecida o no. En caso afirmativo, (parálisis cerebral, miopatías, neuropatías) el tratamiento suele estar muy definido: fisioterapia, ejercicios en el hogar, ortopedia, toxina botulínica (Botox) y a veces cirugía.

              

En caso de no tener un diagnóstico específico, en menores de 2-3 años que andan de puntillas de manera ocasional, sin acortamientos, se realizan revisiones de forma periódica para ver como evoluciona.

Si son mayores de esta edad, además de requerir una evaluación específica, pueden beneficiarse de una intervención por un fisioterapeuta pediátrico. Puede incluir: ejercicios de estiramiento de la musculatura específica, estimulación eléctrica, integración sensorial, reeducación de la marcha y una pauta de ejercicios para realizar en la casa. Otras veces se puede requerir uso de órtesis, que mejora la alineación del pie en la marcha. La cirugía se reservará, sobre todo a partir de los 4-5 años, para los acortamientos del tendón o en los que no ha sido efectivo el tratamiento conservador.

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