La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura. Se da en niños y/o adultos que no presentan otro tipo de alteración física, retraso intelectual y/o madurativo, cuyo origen puede derivar de una alteración en el neurodesarrollo.

En los últimos meses, han aparecido multitud de artículos que relacionan la dislexia con una aparente disfunción visual y multitud de ellos desmienten tal relación. Aun así, no podemos descartar que muchos de los niños y/o adultos diagnosticados con tal trastorno del aprendizaje, presenten problemas visuales. La terapia visual realizada por optometristas comportamentales (especialistas en este campo), podrían paliar estos problemas, mejorando las habilidades visuoespaciales que puedan estar alteradas y favoreciendo el rendimiento escolar.

En conclusión, la dislexia puede estar asociada a dificultades visuales específicas, pero no es considerada una disfunción visual, sino una alteración de los procesos implicados en el aprendizaje de la lectoescritura.